La cooperativa de distribución farmacéutica Novaltia ha realizado la entrega de una donación de más de 100.000 cajas de paracetamol, que equivale a más de tres millones de dosis, al programa Banco de Medicamentos de , para tres proyectos de cooperación en el Tercer Mundo.
Al acto de entrega, realizado en el almacén de de Zaratamo en Vizcaya, asistieron la vocal de Farmacéuticos sin Fronteras y delegada de la entidad en el País Vasco, Marita Echeverría; la farmacéutica consejera de la cooperativa, Ángela Angoitia; y el director técnico y gerente del almacén de Novaltia Zaratamo, Javier Sánchez Gato.
De esta forma, la Asociación de Guardias Civiles llevará parte de esta donación a la zona norte de República Dominicana, el área más afectada por el huracán Irma que asoló la isla el pasado mes de septiembre. Por su parte, Dentistas sin Fronteras recibirá una fracción de esta partida que se enviará a Senegal, a una escuela de salud en la comunidad rural de Sandiara, M’Bour, que presta atención odontológica a la población más desfavorecida de dicha comunidad.
Asimismo, la Asociación Salam Paz se encargará de hacer llegar su parte del lote de estos medicamentos a los campos de refugiados saharauis de Tinduf, en Argelia, a través de su campaña ‘Caravana Solidaria‘ que anualmente envía ayuda humanitaria a estos campamentos.
¿Todavía se realizan estas prácticas? La buenas intenciones pueden ser dañinas. En los países de destino hay suficientes medicamentos (y no digamos paracetamol) y de calidad (si uno se preocupa en ello). Donando se hace mucho daño al comercio local pues se revienta los precios del mercado local y se favorecen las caducidades con problemas de manejo de desechos muy contaminantes y de alto coste. Y no digamos el esfuerzo y costes del transporte. Parece mentira que con décadas de experiencia en cooperación y ayuda humanitaria, todavía se sigan con estas prácticas.