Encabezada con la siguiente leyenda: ‘Algunos creen que lo publicado en el BOE es indiscutible; que se debe de cumplir sin un ejercicio racional’, el autor dirige una carta abierta a la ministra de Sanidad, ante la que cuestiona la decisión de equiparar los productos homeopáticos a medicamentos.
Sra. Dª Ana Mato, Ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad: con todos mis respetos le dedico a Ud esta carta. No se extrañe que yo pudiera ser uno de los ciudadanos entrevistados por el CIS que califican de cero a su gestión y que, por cosas como ésta, se encuentre en la cola de puntuación de los ministros del Sr. Rajoy; es decir, un reflejo de la opinión de los españoles respecto a sus actos. Y, de entrada, le pido perdón porque le hablo con la prudencia de decir la verdad cientÃfica y técnica y creo que, al final del artÃculo, lo entenderá. El comentario a la noticia afecta a todo un historial cientÃfico y una dedicación profesional ejemplar, que es toda una vida de servicio y que pongo a su disposición.
Efectivamente, lo que escribo es dialéctica, y nada personal, y por tanto me referiré a Ud como ministra en un paÃs democrático donde los ciudadanos tienen derecho a exponer sus opiniones, y particularmente sus conocimientos. Mis palabras le podrán parecer impertinentes o bien de mucho interés, y por ello le ruego tenga la amabilidad de darme audiencia, pues el tema que nos ocupa me indigna; se lo puedo clarificar y mucho mejor que su Consejo Asesor. Como entenderá, no cuestionamos el nombramiento de sus asesores y nos parece que sus miembros forman parte de âlo polÃticamente correctoâ; esto es, son expertos según su méritos (que no voy a poner en duda). Lo que hoy nos abruma y nos indigna es la noticia de las televisiones, que atenta contra la inteligencia de todos los españoles de bien, y de la propia profesión médica.
Que su Ministerio diga que la HomeopatÃa es un medicamento es una âblasfemiaâ para cualquier ciudadano del mundo actual
Mire Ud,  no hace falta recurrir a embrujos, a textos de regulación farmacéutica hechos a medida de los paÃses que configuran la UE, sus conveniencias polÃticas, o los sofismas administrativos. No necesitamos ni Directivas, ni BOEs; de lo que hablamos es de âsentido comúnâ. Y decimos que la cultura sanitaria de la HomeopatÃa frente a la actual, basada en nuestro genoma, pertenece a los âvenenos y remediosâ de siglos y siglos pasados (neolÃtico tal vez). Que su Ministerio diga que la HomeopatÃa es un medicamento es una âblasfemiaâ para cualquier ciudadano del mundo actual; es más, es un atentado a la propia Constitución Española (ArtÃculo 15, 20, 27, 30, 51-defensa de los consumidores, 54), que le obliga a defender el interés de los españoles (en salud y eficiencia del gasto farmacéutico).
Desde 1972 me dedico a la farmacologÃa y me he formado en la primera escuela mundial de FarmacologÃa ClÃnica, la del Profesor L. Lasagna, en EEUU. ¿Cómo puedo dejar de defender al ciudadano, al paciente, a los intereses de la persona, a mis propios alumnos?
Nos preguntamos por si otros miembros de su partido también le asesoran en esta dirección que estamos criticando. La alta polÃtica, la polÃtica de partido, o la de un gobierno, no puede gestarse sin la contumaz y obligada referencia al conocimiento cientÃfico: esto es, no puede ir en contra de los pilares de los cuidados médicos de los ciudadanos. No muy lejos del contenido de este escrito se encuentra la Sra. Esperanza Aguirre que, cuando era Ministra de Educación, estuvo presente en la Investidura âDoctor Honoris Causaâ del Prof. Louis Lasagna (âPadre de la FarmacologÃa ClÃnica”) en la Universidad de Alcalá (1998). A pesar de ello, posteriormente, cuando ejercÃa la Presidencia de la Comunidad de Madrid, hizo promoción de la HomeopatÃa en menoscabo de los ciudadanos de Madrid, como lo recogió la prensa del , pues hizo entrega de 1.7 millones de euros para el âTemplo de la HomeopatÃa pagado por los madrileñosâ.
¿Qué investigación clÃnica dispone la homeopatÃa?
Dese cuenta Ud que no me puedo retraer a decirle que esta modificación es inaceptable. Los españoles no tragamos con más mentiras; nuestra inquietud es manifiesta cuando se trata de complacer, por complacer (¿a quién?) y, además, que hay demasiados pesebres de personajes polÃticos en la sanidad como para que tengamos que aguantarnos una vez más. ¿Tiene miedo a la âculturaâ del âheiler praktikerâ (curandero alemán) o de la industria que representa en Europa a estos remedios?
A su disposición tengo un documento que le recomiendo que lea; podrá comprobar que, desde el 2010, en el Reino Unido la homeopatÃa ha dejado de considerarse medicamento, y además radicalmente (House of Commons. Science and Technology Committee. Evidence Check 2: Homeopathy. Fourth Report of Session 2009-10. Printed 8 February 2010, 275 pág). En España es hora de cortar por lo sano, como han hecho los ingleses. (Por algo cientÃfico será).
Los Colegios Oficiales de Médicos provinciales le ayudan mucho a su Ministerio porque hacen Secciones de una medicina que, aunque no la respalde, sà la acepto en condiciones especiales, la denominada âalternativaâ. Pero decir que un remedio de este calibre es equiparable a âmedicamentoâ, esto es insostenible.
La homeopatÃa no llega a ser otra cosa que un placebo, esto es, nada de nada; y posiblemente pueda llegar a hacer daño (efecto ânoceboâ)
La única razón que se baraja en la prensa está basada en la burda mentira y que su Ministerio no puede sostener, porque actuarÃa contra la ética social. Para ahorrar en las arcas del Estado hay otras formas. Basarse en ser desleal a los españoles diciendo que el producto homeopático es âmedicamentoâ es una infamia. No es aceptable que Ud diga que de esta manera, haciendo a un producto homeopático âmedicamentoâ, se ofrezca seguridad para los ciudadanos. Esto es muy serio. âTodoâ no vale para ganar el Estado esos 32 millones de ⬠en impuestos. Y menos jugando con la salud. Una vez más, ¿nos podemos fiar del Gobierno, y⦠de Ud?
Atentar a la verdad
Soy profesor universitario y tenga por seguro que no voy a aceptar algo que atenta contra la verdad. El método cientÃfico es lo que da solidez a la Universidad y no nos podemos imaginar que se produzcan más agravios a la profesión médica. Ya se nos coló (por ignorancia o desinterés en la OMC) a los médicos una Ley del Sr. Ministro de Sanidad, por entonces el Sr. Romay BeccarÃa, que otorgó potestad del seguimiento âfarmacoterapéuticoâ a sanitarios que no tienen formación médica ni clÃnica (De aquellos barros, estos lodos). Creo que serÃa bueno echara un vistazo a este artÃculo, que puede ayudarle en sus decisiones: âApuntes de la situación actual en la crisis de valores polÃticos, sociales y económicos que acompañan a la industria farmacéutica y a la medicinaâ Acta Sanitaria -16 diciembre 2010.
La homeopatÃa no cumple con ningún requisito para que sus productos sean considerados medicamento. Y le pongo en comparación el engaño a nivel mundial que todos hemos de combatir, el denominado âcounterfeitâ (medicamentos falsos / que matan); esto es, la contaminación criminal del mercado farmacéutico con un 10 % medicamentos comercializados falsos y un negocio ilegal aproximado de 24.000 millones de euros. Pues algo bastante similar sucede con el fastuoso engaño de la homeopatÃa, que no llega a ser otra cosa que un placebo, esto es, nada de nada; y posiblemente pueda llegar a hacer daño (efecto ânoceboâ). Queda claro que no puedo traicionar a mis alumnos, ni a nadie con estas falsedades, y haré objeción de conciencia.



Estimado Sr. D. José Luis Alloza y Gascón-Molina, empiezo matizando, me imagino que ha querido decir “su verdad cientÃfica y técnica”, lo de “una dedicación profesional ejemplar” deberÃa dejar que lo dijéramos los demás, no usted mismo. Se compara Ud. con el consejo asesor de todo un Ministerio, minimizando su preparación al lado de la suya, (abuelita, abuelita!) No solo muchos colegios, sino ya varias Universidades aceptan y enseñan esta parte de la medicina, y en Inglaterra sigue existiendo un Hospital que mayoritariamente (casi exclusivamente) aplica la homeopatÃa. Veo tb con asombro que se mete con otros profesionales a los que se les atribuyó en su dÃa potestad del “seguimiento farmacoterapeutico” nada y mas y nada menos que a los Farmacéuticos, únicos y verdaderos especialistas en los fármacos, desde su fabricación hasta su eliminación, pasando por biodisponibilidad, vida media, etc. etc. (Esto último duele al sector, es conocido, por la fuerza que genera frente a laboratorios y representantes en lo que a viajes y prebendas se refiere.
Ya terminando, que Ud. compare la HomeopatÃa, descubierta por un medico y aplicada en su gran mayorÃa por médicos y farmacéuticos, asà como por veterinarios, tan buenos profesionales como el que más, soy yo el que no se lo acepto, y le repito ya en varias Universidades, Catedráticos y Profesores Titulares como Ud. lo están estudiando antes de lanzar opiniones en medios públicos con el único animo de producir confusión en la población, que bastante contenta está con los resultados que obtienen.
Es usted muy libre, como Profesor Universitario no aceptar algo que va contra sus intereses y que tristemente no le enseñaron en la Universidad, pero ya hay muchos Catedráticos que si lo están estudiando y, después de obtener algunos mÃnimos conocimientos, se atreven a opinar. Insisto.
La farmacologÃa que usted estudió, al parecer no es capaz de demostrar el valor de la homeopatÃa y otras técnicas utilizadas hace millones de años en otras culturas, pero afortunadamente ya se esta empezando a tener en cuenta y estudiar que nuestro organismo, a parte de sangre, linfa y otro fluidos y órganos, tiene unos circuitos electromagnéticos que participan en la fisiologÃa de todo ser vivo (animales y plantas incluidos) y que son precisamente en los que se basan esta técnicas. Yo tampoco estoy por aceptar eso de que la HomeopatÃa atenta contra la verdad, ¿contra cual? ¿Contra su verdad? Hay muchas, muchÃsimas otras verdades tanto o mas valida que la suya, y por ende tan respetables, cosa que Ud no hace, respetarlas. Máxime cuando presiento, por lo que expresa, nunca se ha dedicado a obtener conocimientos de estas otras alternativas de las que hablamos.
Y con todo esto, expongo mi opinión al respecto, asà como mis conocimientos que espero sepa respetar, aunque no los conozca pues no es mi intención estarlos publicitando.
Con todos mis respetos a Ud. como persona, a la Sra Ministra porque nos guste o no, nos representa y fue elegida por una mayorÃa (entre la que no me encuentro) y sobre todo a la población en general que son al fin y al cabo los que se deben beneficiar de nuestra Sanidad
aag, solo boticario de a pie. (con estudios universitarios y de unos cuantos años de vida y ejercicio)
D. Antonio Javier Acevedo González, farmacéutico con posible farmacia en San Cristóbal de la Laguna (Santa Cruz de Tenerife) según referencia de Internet. En primer lugar deseo expresar mi agradeciendo por tener su opinión es esta Web, particularmente porque es contraria a mis planteamientos. Acta Sanitaria nos sirve para mucho a los profesionales de la salud, como establecer contrastes de opinión y por supuesto generar cultura sanitaria.
Gracias por haber leÃdo mi carta a la Sra. Ministra, y acuso recibo de su respuesta, pero en esta plataforma no habrÃa tiempo ni espacio para proseguir la discusión de su tesis. En lo referente a mi persona, tiene Ud razón, debÃa de haber sido más humilde, pero a estas fechas y ante un tema como el que se discute resulta necesario dejar constancia de lo que fui y de lo que soy. Y esto no se trata de una pedanterÃa. Asà que le sugiero que acceda a bases de datos para recabar información sobre mi persona si lo estima pertinente.
Debo de contestarle a una sola cosa habida cuenta de sus palabras al comentar âno aceptar algo que va en contra de sus interesesâ que puede tener doble interpretación. Por una parte se refiera a mis intereses cientÃficos que son motor de mi actividad en la que Ud. puede acertar. Pero por otra, que nadie pueda pensar que tengo intereses económicos o de otro estilo para con la Industria Farmacéutica, la Farmacia o, como Ud conoce, las Federaciones de Farmacias (ie FFARCAN). Queda claro que no tengo ânada que declararâ.
Quedo a su disposición para discutir este tema con tiempo y sosiego. Una vez más, muchas gracias por leerme.
Apreciado José Luis, noto en sus palabras el monumental cabreo que usted tiene contra el gobierno por haber aceptado algo que para usted es peligroso según justifica usted con sus conocimientos, sus tÃtulos, su prestigio…
Salvando las enormes distancias, yo soy un simple médico especialista en medicina familiar y comunitaria que sólo aspira a tener una pequeña parte de ese sentido común que usted nombra como si fuera el único poseedor, aunque en mi opinión, luego no muestra las pruebas de que su interpretación de la medicina como algo mecánico sea la única posible y por ende, la única opción ética, dejando las interpretaciones divergentes como salvajes, inmorales… Su Verdad, no tiene por que ser la única, de la misma forma que no lo es la del BOE.
Presenta un artÃculo que sirvió para que Reino Unido quitara la HomeopatÃa de su SNS, al que se puede contraponer el informe suizo (paÃs con varias multinacionales alopáticas) que llega a conclusiones contrarias, es decir, que el efecto de la homeopatÃa difiere del placebo, además de que resulta coste-efectivo. Usted ya tiene su conclusión, la homeopatÃa es un engaño y desde ese punto de vista, busca las pruebas que confirmen su creencia (¿Ciencia o prejucio?). Pero, los efectos de las diluciones homeopáticas se investigan desde años en el crecimiento vegetal, en procesos enzimáticos,en tejidos vivos, en la excrección de tóxicos en animales,… y se puede medir con distintas técnicas fÃsicas y de imagen como la RNM. Algunos premios Nobel trabajan en estas investigaciones. También se han estudiado los efectos clÃnicos en cinco metaanálisis, cuatro favorables, y un quinto, publicado en The Lancet, desfavorable y sobre el que se basa gran parte de las crÃticas a la homeopatÃa. Este último artÃculo recoge un centenar de estudios aceptables (desde el punto de vista ortodoxo) sobre homeopatÃa, selecciona una veintena de calidad superior y de éstos elige un “cuartil” (algo inusual en medicina) de los que resulta que en tres la homeopatÃa es favorable, y en cinco desfavorable, entre los que se encuentra varios que utilizan diluciones homeopáticas de froma alopática (sin personalizar el tratamiento), por ejemplo el efecto del árnica en la recuperación tras correr un marathon. A partir de estos cinco estudios desfavorables y con “un poco” de ingenierÃa metodológica, concluye que la homeopatÃa es ineficaz en TODOS los casos. Posteriormente, una revista escandinava de EpidemiologÃa, revisaba la metodologÃa y concluÃa que si en vez de los ochos estudios, se hubieran cogido todos los de calidad superior, el resultado hubiera sido contrario. Quizás los miles de médicos que utilizamos la HomeopatÃa y los cientos de millones de usuarios en todo el mundo, no seamos tan imbéciles e inmorales como usted piensa, y haya alguna otra explicación para el funcionamiento de esta terapéutica que a usted se le escapa. Mis palabras, a usted le parecerán una aberración, de la misma forma que a mà me lo parecen las suyas. Un saludo.
Alberto, la inmoralidad no es hacia las personas que practican una u otra pseudociencia basada o o no en el efecto placebo. La inmoralidad es que una Ley equipare un placebo sin demostrar su eficacia a un fármaco que sà la ha demostrado. Y tampoco es de recibo justificar la homeopatia con la mala ciencia de la alopatÃa, que también la hay, y mucha.