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Grecia, consecuencias en salud de la crisis (y del uso del cuchillo del carnicero, según dijo su ministro de Sanidad)

Juan Gérvas

El comentarista, a la vista de las consecuencias que los recortes están provocando en Grecia y los que se vaticinan, elogia la rebelión de los profesionales españoles, concretada gráficamente en la Marea Blanca, para impedir un desastre sanitario y social.

El impacto positivo y negativo en salud del sistema sanitario

Llamamos sistema sanitario al conjunto de instituciones públicas y privadas con el mandato legal de ocuparse de la salud de personas y/o poblaciones.
Por mucho que cueste verlo, es menor el impacto del sistema sanitario en la salud. Lo que de verdad aumenta la longevidad es tener alimentos (mejor “sanos”) y alimentarse disfrutando de la vida, tener acceso a agua potable, pertenecer a una familia estructurada que habite una vivienda digna y con ingresos suficientes, y crecer, trabajar y envejecer en una sociedad organizada, solidaria y democrática que ofrezca formación continua y ayuda en caso de necesitarlo. En este último apartado entra el sistema sanitario, pues ayuda a quien lo necesita cuando lo precisa. Se ve bien la interacción del sistema sanitario con la sociedad en el caso de los niños; por ejemplo, en el estudio en que se comparó en profundidad la situación de la infancia en España, Reino Unido y Suecia
http://www.actasanitaria.com/infancia-desigualdad-y-crisis/

Aunque el impacto del sistema sanitario sea “menor” no deja de ser clave. La actividad del sistema sanitario cambia causas de muerte y modifica la duración de las vidas y la calidad de los días vividos. Puede parecer poco si lo tomamos en sentido positivo y mucho en sentido negativo (cuando ela sistema sanitario “hiperactúa” y termina siendo “tóxico” al provocar sufrimiento y muertes por su propia actividad).

Conviene recordar que en la Unión Europea se estima que mueren cada año 197.000 personas por los efectos adversos de medicamentos

También hace pensar en “toxicidad” una guía cardiovascular imprudente que promovía el uso de betabloqueantes en las intervenciones quirúrgicas y por ello puede haber provocado 800.000 muertos en Europa. El “Surgical Care Improvement Project” definió el uso de betabloqueantes como un indicador clave de calidad hospitalaria; tal medicamento debía administrarse el día previo, el mismo día de la cirugía y los días primero y segundo del post-operatorio. Así disminuyeron las muertes cardíacas, pero aumentó la mortalidad general. La historia de este desastre es rocambolesca, una saga interminable

En el sentido positivo, basta imaginar un mundo sin las vacunas esenciales, o sencillamente sin los medicamentos habituales. De hecho, no es fácil responder la encuesta de un proyecto de la Universidad Georgetown, de Washington (Estados Unidos) en que se pregunta a los prescriptores sobre qué 20 medicamentos desearían llevar a un lugar aislado, asegurándose un suministro de por vida

En casos concretos la medicina es “salvadora”, casi milagrosa, como por ejemplo ante una apendicitis, ante la ceguera por cataratas, en el insomnio persistente, en una neumonía, en un infarto de miocardio, en una crisis de asma, ante el “brote” de un paciente esquizofrénico, en el dolor de un cáncer, en el seguimiento de un paciente con insuficiencia cardíaca, en la atención a un niño que “debuta” con diabetes tipo 1 y en un parto complicado que requiere cesárea. No es extraño que la población coloque a los médicos y enfermeras entre los profesionales más apreciados. Su actividad prudente tiene un impacto tremendo en la causa de muerte, en la calidad de los días vividos y en la duración de la misma vida.

El sistema sanitario de financiación y cobertura pública, el “caso” de Grecia

Con la excepción de Estados Unidos y Méjico, todos los países desarrollados de la OCDE tienen un sistema sanitario de financiación y cobertura pública. Es lógico, pues el aseguramiento universal abarata costes y produce mejores resultados en salud. Por ello incluso en Estados Unidos y en Méjico se está tratando de imponer un aseguramiento universal.

El aseguramiento universal abarata costes y produce mejores resultados en salud

Se trata de lograr equidad, en el sentido horizontal (los mismos recursos para las mismas necesidades) y en el sentido vertical (más recursos para más necesidad) y eso implica que el acceso y el proceso de atención no dependa del “deseo-capacidad de pagar”. Es decir, en el dilema entre la preponderancia de la autonomía sobre la justicia en los países desarrollados se prefiere la equidad a la libertad. Por ello “se impone” un sistema público en lo financiero (más del 50% del gasto sanitario proviene de fuentes públicas) y de cobertura universal en el acceso y en el proceso de la atención
http://www.actasanitaria.com/libertad-y-equidad-un-paseo-por-el-dolor-y-la-muerte/

El “caso” de Grecia se integra en esta visión del sistema sanitario de financiación y cobertura pública universal, desde 1983. Sin embargo, la organización práctica ha sido siempre muy defectuosa. Por ejemplo, no ha sido raro el pago “bajo manga” a los médicos para acelerar ingresos e intervenciones. Así mismo, la atención primaria ha tenido un desarrollo muy débil, con centros de salud en las áreas rurales y médicos en práctica privada en las urbanas. La pertenencia a mutuas y grupos específicos de trabajadores ha dado acceso a una cartera de servicios distinta. La política y la organización sanitarias han dependido en exceso del clientelismo y han sido siempre inconsistentes. El coste para el bolsillo del usuario ha sido en general excesivo. El intento de reformar a fondo el sistema, en 2004, se abandonó ante las resistencias profesionales y otras. En resumen, el sistema sanitario de Grecia ha ido por detrás del de sus pares mediterráneos (España, Italia y Portugal) pero sus indicadores han sido en general “de la media”


El Ministro de Sanidad, Andreas Loverdos, admitió que “en Grecia la administración pública…utilizó el cuchillo del carnicero [para los recortes]“

Entre 2009 y 2011, el gasto sanitario disminuyó en 11 de los 34 países desarrollados integrados en la OCDE y en conjunto sólo aumentó un modesto 0,2%. El recorte mayor se lo llevó la prevención, seguido de la medicación, sin grandes cambios en el gasto hospitalario. Hay que tener en cuenta, además, que la prevención contaba ya con pocos recursos (entre el 3 y el 4% del total).

Esto de Grecia es lo que la Marea Blanca ha impedido en Madrid, esto es lo que justifica hacer huelga, manifestarse en las calles y llevar a los tribunales a semejantes carniceros

En Grecia el recorte global ha sido el mayor, del 11%. En Grecia se ha quitado la cobertura pública a casi un millón de ciudadanos y la “tijera” no ha sido tal, sino cuchillo de carnicero como bien dijo en 2011 el entonces Ministro de Sanidad, Andreas Loverdos. Se han impuesto copagos hasta para lograr la cita con el médico, y desde luego el “1 euro” por receta. Se han limitado los programas de ayuda a pacientes adictos a drogas. Lo último ha sido destruir la atención primaria para privatizar su prestación, de forma que el organismo público “comprará” servicios a entidades privadas que contarán con los médicos que han perdido los contratos, y ello se ha hecho con un informe favorable y laudatorio de la Organización Mundial de la Salud, pese a dejar la salud de los griegos a la deriva (como bien ha resumido el Foro Catalán de la Atención Primaria)

Las consecuencias son terribles. Así, se han multiplicado por 30 las infecciones por VIH entre los drogadictos. Y entre ellos se han duplicado la tuberculosos. Los suicidios (Grecia era el país de la OCDE con menor tasa) han aumentado el 45%. La mortalidad infantil ha aumentado el 43%. Ha crecido el 19% el número de recién nacidos con bajo peso, y el 21% los abortos. Se han más que doblado las depresiones graves. Y por si faltaba algo, ha vuelto el paludismo. La pobreza lleva a las familias incluso a abandonar a sus hijos. La respuesta ha sido, además, lamentable; básicamente de negación del impacto en salud y la imposición de controles sanitarios bajo tutela de la policía a drogadictos, inmigrantes y prostitutas
http://www.actasanitaria.com/capital-social-no-volvere-a-por-ana/

[de este último puedo mandar copia del PDF a quien lo pida para docencia-formación]

Esto de Grecia es lo que la Marea Blanca ha impedido en Madrid, esto es lo que justifica hacer huelga, manifestarse en las calles y llevar a los tribunales a semejantes carniceros. Lo volverán a intentar y hay que recordar y seguir lo que se está haciendo en Grecia para no cejar, para no ceder. La sanidad pública no se vende, se defiende.

 

Médico general jubilado, Equipo CESCA (Madrid, España)

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