Una formación médica continuada sin las sociedades científicas resultaría completamente inoperante, según acredita el último estudio de la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas ().
El trabajo supone un profundo análisis sobre el actual modelo de Formación Médica Continuada (FMC) e incide en la experiencia y trayectoria que distinguen a las sociedades científico-médicas en este tipo de actividad consustancial al desarrollo profesional e investigador de los facultativos, en su calidad de agentes clave en la organización y desarrollo de dicha formación en España. Tal como se recoge en una infografía presentada en la misma rueda de prensa.
En la encrucijada
Según la presidenta de FACME, la doctora Pilar Garrido, el ejercicio de la medicina atraviesa un momento histórico dentro de una época notablemente complicada. Como acredita, según expuso un último año extremadamente difícil en el que las sociedades no han cejado en su función profesional y social al mantener con gran esfuerzo todas sus líneas de trabajo.
En el lado positivo de esta excepcionalidad cotidiana, la presidenta vio en la llegada de fondos europeos para el relanzamiento del país también como una ocasión del mayor interés para establecer nuevas formas de financiar la sanidad a partir de sus necesidades actuales, más evidentes que nunca.
La doctora Garrido explicó que el 80 por ciento de las sociedades científico-médicas del país tienen en proceso de desarrollo el modelo de recertificación, aspecto clave para garantizar la validación de la competencia profesional en el desempeño asistencial y la calidad de la práctica clínica.
Formar en la reconstrucción
Como recoge el texto presentado, las entidades representadas por FACME son necesarias como agentes decisores a la hora garantizar por la vía del consenso la distribución proporcionada y equitativa de recursos en la financiación de la FMC por parte de la Administración Pública y los fondos europeos que han de llegar este mismo año.
Por lo que, según sus defensores, no deberían plantearse barreras a dicha financiación que no supusieran una alternativa viable y realista. Naturalmente, siempre desde la más estricta observancia de la transparencia y los inexcusables requerimientos éticos.
En línea con el plan de recuperación, transformación y resiliencia recogido en el Dictamen de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica que se aprobó por el pleno del Congreso de los Diputados. En nombre de sus 37 sociedades federadas, la máxima responsable de FACME presentó el documento como un posicionamiento que pone de manifiesto el trabajo que realizan estas entidades en materia de formación continuada.
Dado que la actualización científico-técnica no solo es un bien objetivo para los médicos sino de forma también muy especial para el resto de los perfiles asistenciales, los pacientes y la ciudadanía en su conjunto. Como recordó Garrido, FACME es el agente que representa el conocimiento científico médico en su dimensión de entidad de derecho público.
Por ello, considera del mayor interés en esta ocasión que su análisis recoja datos agregados de más de 1600 actividades de FMC realizadas entre 2018 y 2019, con acreditación de la mayor parte de las acciones por parte del sistema establecido en la FMC del Sistema Nacional de Salud, y Sistema Europeo de Convalidación de Créditos (European Credit Transfer System-ECTS).
Datos a completar
En respaldo de las tesis expuestas por la presidenta, el doctor Benjamín Abarca, secretario de FACME, consideró necesario tener en cuenta que los datos expuestos no incluyen los costes indirectos relacionados con las actividades de la FMC, ni tampoco las estimaciones de las sociedades científicas que no han podido incluir finalmente sus datos económicos en el estudio.
Abarca precisó también que parte de la FMC se realiza desde el ámbito autonómico, regional e incluso supranacional por parte de organizaciones foráneas o que aún no forman parte de FACME.
En ese sentido, enfatizó el secretario que corresponde a los poderes públicos velar por que no decaiga la calidad de la formación de los profesionales asistenciales por causa de vías de formación aún no contrastadas, o por implementar, que pudieran afectar a las prestaciones que reciben los ciudadanos, con potencial desdoro y merma del acerbo profesional y personal de los médicos y demás profesiones sanitarias. Abarca cifró el coste calculado hasta ahora de la FMC entre los 340 y 876 millones de euros, aunque probablemente en aproximación infraestimada.
Deber médico y ético
El vicepresidente de FACME, el doctor Javier García-Alegría, declaró que la FMC y la actualización de conocimientos científicos son una autoexigencia ética de los médicos y sus órganos de representación. De ahí la importancia de mantener vivas las certificaciones y recertificaciones de las actividades formativas, dentro de unos programas siempre basados en las evidencias disponibles.
Nada es gratis
Por su parte, el vocal de la junta directiva de FACME, el doctor José María Jover, recalcó que la FMC continuada es algo que nunca resulta gratis. Al tener presente que, el sistema tradicional de financiación se caracteriza porque la industria costea el 75 por ciento de esta formación, el 20 por ciento las cuotas de los socios y el resto por otros cauces.




