El suicidio se ha convertido en un problema crítico para la salud pública a nivel mundial. Según Acta Sanitaria, más de 800,000 personas se quitan la vida cada año, y preocupa especialmente la tendencia al alza entre los jóvenes. Impactante y desgarrador, el suicidio se posiciona como la segunda causa de muerte entre las personas de 15 a 29 años, solo superada por los accidentes de tráfico.
Factores de riesgo entre los jóvenes
Existen múltiples factores que pueden contribuir al suicidio en adolescentes y jóvenes adultos. Entre ellos figuran trastornos mentales no diagnosticados o no tratados, como la depresión y la ansiedad, situaciones de abuso o violencia, consumo de sustancias, y la presión académica o laboral. La influencia exagerada de las redes sociales y el ciberacoso también desempeñan un papel clave en agravar esta situación.
Medidas preventivas y sensibilización
Es vital implementar estrategias eficaces para prevenir el suicidio. Estas incluyen programas comunitarios de salud mental, entrenamientos para identificar señales de riesgo entre pares y familiares, y mejora del acceso a servicios de salud mental. Las campañas de sensibilización también son cruciales para desterrar el estigma que rodea a los trastornos mentales, promoviendo una conversación abierta y honesta sobre estos temas.