La Vacunación del Sarampión para Adultos: Una Medida Necesaria

En las últimas décadas, el sarampión ha resurgido como una preocupación creciente en la salud pública, afectando a diferentes grupos de edad en todo el mundo. Para las personas nacidas entre 1970 y 1980, la vacunación contra el sarampión se presenta no solo como una medida prudente, sino también oportuna, dado que muchas de ellas podrían no haber recibido una inmunización completa durante su infancia.

¿Por qué es importante la vacunación en adultos nacidos entre 1970 y 1980?

Históricamente, los programas de vacunación comenzaron a intensificarse a partir de los años setenta. Sin embargo, las estrategias implementadas y la cobertura alcanzada no fueron homogéneas en todos los países y regiones. Esto resultó en que algunas personas en esta franja de edad pudieron haber recibido solo una dosis de la vacuna o incluso haber sido omitidos por completo del esquema de vacunación.

Riesgos de no estar vacunado

El sarampión es una enfermedad altamente contagiosa que puede llevar a complicaciones severas como neumonía, encefalitis e incluso la muerte. La vacunación es la medida más eficaz para prevenir estos riesgos. En adultos, la gravedad de las enfermedades que surgen a partir de complicaciones puede ser aún mayor, lo cual subraya la importancia de una vacunación adecuada.

Estrategias de prevención y vacunación

Los organismos de salud recomiendan que las personas nacidas en esa década que no tienen evidencia de vacunación completa o inmunidad natural reciban al menos una dosis de la vacuna triple vírica (MMR, por sus siglas en inglés) para protegerse contra el sarampión, paperas y rubéola.

Beneficios a largo plazo

Aparte de la protección individual, la vacunación generalizada ayuda a lograr un efecto de inmunidad comunitaria, protegiendo a quienes no pueden recibir la vacuna por razones médicas.