En un artículo publicado el 11 de noviembre de 2016 en Acta Sanitaria, Marina García del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) abordó con énfasis la preocupante situación de precarización en el sistema sanitario español. La autora argumenta que la precarización, es decir, la disminución de la calidad en las condiciones laborales y en los servicios proporcionados, es un escenario que no debe ser naturalizado bajo ninguna circunstancia.
El problema de la precarización laboral
La precarización en el sistema sanitario afecta tanto a los profesionales de la salud como a los pacientes. Una de las principales preocupaciones es la inestabilidad laboral que enfrentan médicos y enfermeros, quienes a menudo trabajan bajo contratos temporales y con condiciones salariales poco favorables. Esta situación no solo afecta la motivación y el bienestar de los trabajadores, sino que también tiene un impacto directo en la calidad de atención que reciben los pacientes.
Impacto en la calidad del servicio
La disminución de recursos y el aumento de la carga de trabajo llevan a los profesionales de la salud a situaciones de estrés y fatiga que comprometen la calidad del servicio. Este contexto genera un ciclo vicioso donde la insatisfacción laboral afecta la efectividad de los tratamientos y, en última instancia, la satisfacción del paciente. Para revertir esta situación, es esencial que las políticas de contratación y condiciones laborales sean revisadas con el fin de garantizar un sistema más justo y eficiente.
Necesidad de políticas de mejora
Marina García enfatiza la necesidad urgente de implementar políticas que promuevan condiciones laborales estables y dignas. Estas políticas deben enfocarse en asegurar contratos laborales fijos, mejorar las condiciones salariales y proporcionar oportunidades de desarrollo profesional. Solo así se podrá garantizar una mejora sustancial en la calidad del servicio sanitario y en el bienestar de los profesionales del sector.