El consumo de grasas trans es un tema alarmante que ha captado la atención de diversas instituciones de salud en Europa. Según Acta Sanitaria, la ingesta de cinco gramos diarios de grasas trans puede tener efectos nocivos significativos para la salud del corazón. Estos ácidos grasos, a menudo encontrados en alimentos procesados y fritos, están relacionados con un aumento en los niveles de colesterol malo y un riesgo elevado de enfermedades cardíacas.
¿Qué son las grasas trans?
Las grasas trans son un tipo de grasa insaturada que se produce a partir de la hidrogenación de aceites vegetales. Este proceso industrial convierte aceites líquidos en sólidos a temperatura ambiente, mejorando la textura y la vida útil de los productos alimenticios, pero al mismo tiempo, introduciendo riesgos para la salud.
Impacto en la salud
Múltiples estudios han demostrado que el consumo elevado de grasas trans está asociado con un aumento del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Además de elevar los niveles de colesterol LDL, o colesterol malo, las grasas trans pueden disminuir el colesterol HDL, conocido como colesterol bueno. Esto contribuye a la obstrucción de las arterias y aumenta el riesgo de ataques cardíacos.
Llamado a la acción
La Fundación Española del Corazón ha hecho un llamado urgente para establecer una legislación más estricta a nivel europeo que limite el contenido de grasas trans en los alimentos. El objetivo es reducir significativamente su presencia en nuestras dietas y, por ende, sus efectos negativos en la salud pública.