Según los últimos datos del Registro Nacional de Instrucciones Previas, correspondientes al pasado mes de octubre, poco más de 265.300 personas han dejado plasmado en un documento cuál es su voluntad si se encuentran en unas circunstancias que no le permitan expresarla personalmente. Esta cifra, que supone el 0,6 por ciento de la población en España, "confirma la escasa acogida del llamado testamento vital en nuestro país", según SECPAL. "La población en general y, con mayor razón, las personas con enfermedad avanzada, tienen miedo a hablar del final de la vida; muchas personas ni siquiera se han planteado que eso podría llegar, por lo que hablar del testamento vital no está dentro de sus prioridades de cuidados”, explica el especialista en Geriatría y en Cuidados Paliativos y miembro de esta sociedad científica, el doctor Christian Villavicencio-Chávez."Frente a eso, desde SECPAL se propone la Planificación Anticipada de Cuidados como un proceso evolutivo de toma de decisiones en el que el paciente, en función de sus valores y creencias y ayudado por el equipo asistencial, expresa sus preferencias y la atención que desea recibir en posibles escenarios durante la trayectoria de la enfermedad y para el caso en que ya no pueda decidir personalmente”, aclara este especialista de la sociedad.