El paro cardíaco es una emergencia médica crítica en la que el corazón deja de latir de manera efectiva, impidiendo el flujo sanguíneo al cerebro y otros órganos vitales. Una desfibrilación oportuna, realizada en el primer minuto de evolución, puede incrementar la tasa de supervivencia hasta un 90%. Este alto porcentaje subraya la importancia de la disponibilidad de desfibriladores y la formación en reanimación cardiopulmonar (RCP) para salvar vidas.
¿Qué es un paro cardíaco?
El paro cardíaco súbito ocurre cuando el sistema eléctrico del corazón falla, provocando que el corazón deje de bombear sangre. A menudo, el paro cardíaco es provocado por una arritmia, que es un latido cardíaco irregular. Es crucial actuar rápidamente para restablecer el ritmo normal del corazón y evitar daños irreversibles.
La desfibrilación: Un paso esencial
La desfibrilación es un proceso que aplica una descarga eléctrica controlada al corazón. Su objetivo es detener la arritmia y permitir que el ritmo cardíaco normal se restablezca. Cada minuto de retraso en la desfibrilación reduce significativamente las probabilidades de supervivencia. Por lo tanto, es fundamental tener acceso inmediato a desfibriladores en lugares públicos.
Capacitación en respuesta de emergencia
Junto con la disponibilidad de desfibriladores, la capacitación en primeros auxilios y RCP es esencial. Un espectador capacitado puede iniciar RCP de inmediato y usar un desfibrilador hasta que lleguen los servicios de emergencia, aumentando sustancialmente las posibilidades de supervivencia de la víctima.