El 8 de septiembre de 1522 regresó a Sevilla la nao Victoria con solo 17 hombres tras tres años circunnavegando el globo. El 22º Congreso Nacional de Farmacia, que se celebra en Sevilla hasta este jueves, 22 de septiembre, aprovechando la coincidencia de la efeméride, ha preparado una exposición donde se recrea la botica que la expedición llevó a bordo.
La muestra 'La botica en la expedición de la primera vuelta al mundo', promovida por el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), reproduce objetos y productos que llevaron los expedicionarios durante la travesía. El documento central de la exposición es un facsímil del inventario manuscrito de productos farmacéuticos preparado por Juan Bernal, el boticario sevillano que abasteció de los simples y compuestos a la expedición.
Inventario de la botica
El inventario original se conserva en el Archivo de Indias y fue reproducido en edición facsímil por la editorial Taberna Libraria y la Academia de Farmacia de Castilla y León. Los autores de la transcripción y textos de estudio de dicha edición, Cecilio Venegas, quien es el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Badajoz, y Antonio Ramos, que es el director del Museo de la Historia de la Farmacia de Sevilla, comisariaron esta exposición.
Como explicó Antonio Ramos en la presentación de esta exposición, la expedición tenía carácter puramente comercial. El objetivo era conseguir especias para el mercado europeo. A su llegada, se descargaron 27.000 kilogramos de diferentes especias, como azafrán, canela, clavo, jengibre y nuez moscada. Estos productos eran muy cotizados, llegando a multiplicar por cinco su valor original.
El coste de la botica ascendió a 12.348 maravedises, unos 4.600 euros al cambio. Así, supuso un 0,15 por ciento del gasto total de la expedición, que fue de 8.334.335 maravedises. Esta estaba compuesta por ungüentos, laxativos y preparados varios, como polvos de atutía, ungüento apostolororum y triaca, una formulación como más de 70 compuestos, entre ellos, opio y carne de víbora, y que se consideraba un medicamento para casi todo.
Entre los 245 tripulantes que partieron de Sevilla, el 10 de agosto de 1519, no había ningún médico o boticario. Tan solo viajaban dos barberos y un cirujano. Este "equipo sanitario" hizo frente a accidentes, ahogamientos, heridas de batallas, enfermedades venéreas y otras "alteraciones de los humores".
Escorbuto
Como curiosidad, muchos expedicionarios fallecieron víctimas de escorbuto, ignorando que su afección se debía a la falta de vitamina C presente en el clavo, del cual transportaban unos 6.000 kilogramos.
